Correos necesitaba relanzar su tarjeta prepago que, aún llevando tiempo en el mercado, los usuarios no comprendían bien para que servía y no estaba teniendo el éxito que se merecía.
La tarjeta no ofrecía grandes ventajas frente a la competencia, y en algunos casos incluso estaba más limitada, pero hicimos de esa limitación nuestro punto fuerte posicionándola como una tarjeta sencilla en todos los sentidos. Desde la contratación (no hacía falta vincularla a ninguna cuenta bancaria) hasta su uso (como cualquier tarjeta pero con menos riesgos).